La pereza del domingo, el cansancio acumulado el viernes por la tarde o simplemente lo vagos que estamos un lunes por la mañana… ¿Quién no desearía en esos momentos que alguien le lleve a cuestas a todas partes? Sí sí, a cuestas. ¡Como cuando éramos bebés!
Estos amigos nos enseñan cómo vaguear con estilo (y aprovecharse de los demás para llegar dónde queramos)
Lo bueno de ser pequeño es que a nadie le importa cargar contigo todo el día :)
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